La Beata María Ana Biernacka es recordada por su extraordinario acto de sacrificio durante la ocupación militar en Polonia, en el siglo XX. En la aldea de Naumowicze, María Ana se ofreció a los soldados para salvar a su nuera embarazada, siendo fusilada poco después. Este acto de amor y valentía le otorgó la palma del martirio.
Su festividad se celebra el 13 de junio, y su historia resuena como un poderoso ejemplo de amor familiar y sacrificio personal. María Ana es venerada no solo por su familia, sino también por todos aquellos que encuentran inspiración en su legado.