San Zenas de Filadelfia es recordado por su valentía y devoción cristiana. En el siglo IV, Zenas sirvió como asistente del militar Zenón en el Imperio Romano. Cuando Zenón fue encarcelado por sus creencias, Zenas no pudo contener su devoción y besó las cadenas del mártir. Este acto de fe llevó a su arresto y ambos fueron decapitados el 23 de junio de 304, en Filadelfia, ubicada en la actual Arabia Saudí.
Su historia resalta la importancia de la lealtad y la fe en tiempos de persecución, inspirando a generaciones de cristianos.