Santa Matrona de Tesalónica es una figura venerada en el cristianismo, recordada por su devoción y sacrificio. Su festividad se celebra el 25 de marzo. Matrona era una esclava en Tesalónica, Macedonia, quien practicaba su fe cristiana a escondidas de su ama hebrea. Al ser descubierta, fue sometida a severos castigos, incluyendo azotes con varas, pero nunca renunció a su fe. Finalmente, entregó su espíritu incorrupto a Dios, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y devoción.
Su legado perdura como inspiración para los fieles, destacando la importancia de la fe y la valentía ante la adversidad.