Santa Afra de Augsburgo es recordada como una mártir del siglo IV que vivió en la ciudad de Augsburgo, en la actual Alemania. Originalmente una pecadora, Afra se convirtió al cristianismo, mostrando una fe inquebrantable que la llevó a aceptar el martirio. Aunque no había recibido el bautismo, su devoción fue tal que fue quemada viva por confesar a Cristo.
Historia y Conversión
La tradición relata que Afra, inicialmente una mujer de vida cuestionable, fue tocada profundamente por el mensaje cristiano. Su conversión fue un testimonio poderoso de su fe y dedicación.
Martirio y Legado
El 7 de agosto, la Iglesia celebra su festividad, recordando su valentía y sacrificio. Su historia ha inspirado a muchos a lo largo de los siglos, destacando la posibilidad de redención y el poder del arrepentimiento sincero.
Conmemoración
Sigue siendo venerada en Augsburgo y en toda la cristiandad como un símbolo de conversión y fe.