El Beato Tomás Percy es recordado como un mártir católico que vivió en la tumultuosa Inglaterra del siglo XVI. Nació en el seno de una noble familia y llegó a ser conde de Northumberland. Durante el reinado de Isabel I, enfrentó la persecución religiosa por su firme lealtad a la Iglesia de Roma.
El 22 de agosto de 1572, fue decapitado en York, sellando su destino como mártir por su inquebrantable fe. Su vida y muerte simbolizan la resistencia y valentía en tiempos de adversidad para los católicos ingleses.
El legado del Beato Tomás Percy continúa inspirando a quienes defienden su fe frente a la persecución. Su festividad se celebra cada 22 de agosto, recordando su sacrificio.