En el siglo VI, San Licerio de Couserans se destacó como un obispo ejemplar en la región de Aquitania, actualmente Francia. Nacido en Hispania, fue discípulo de San Fausto de Riez. Se le atribuye un milagro notable: proteger a la ciudad de Couserans de la destrucción por parte de los visigodos mediante sus fervientes oraciones.
Vida y Obra
San Licerio dedicó su vida al servicio religioso y a la protección de su comunidad. Su festividad se celebra el 27 de agosto, una fecha significativa para la región.
Legado
El legado de San Licerio perdura como un símbolo de fe y protección para sus seguidores. A través de sus acciones, demostró el poder de la oración y la devoción.