San Dámaso I, nacido en el siglo IV, fue un papa de origen hispano que jugó un papel crucial en la defensa de la fe cristiana durante tiempos de cismas y herejías. Durante su papado, organizó numerosos sínodos para reafirmar la fe de Nicea. Fue un ferviente promotor de la traducción de los textos sagrados al latín, encargando a San Jerónimo la creación de la Vulgata, que se convirtió en la versión oficial de la Biblia para la Iglesia Católica. Además, mostró gran devoción por los mártires, adornando sus sepulcros con inscripciones piadosas.
Su festividad se celebra el 11 de diciembre, recordando su legado como un defensor incansable de la ortodoxia cristiana y un impulsor de la preservación de las escrituras sagradas.