Santa Otilia, celebrada el 13 de diciembre, fue una figura emblemática del siglo VII. Nacida en Estrasburgo, Alsacia, fue la hija del duque Aldarico. Aunque ciega de nacimiento, se dice que recuperó la vista tras recibir el bautismo, lo que la convirtió en patrona de los enfermos de la vista.
Primeros años y vocación
Santa Otilia se convirtió en la primera abadesa del monasterio de Hohenburg, un convento fundado por su padre en la cima del monte Odilienberg. Su vida estuvo dedicada a la oración y al servicio de los necesitados.
Legado y veneración
Su legado perdura en Alsacia, donde es venerada no solo como protectora de los ciegos y enfermos de los ojos, sino también como un símbolo de devoción y liderazgo espiritual.