Santa Vivina, celosamente recordada el 17 de diciembre, fue una figura clave en la espiritualidad del siglo XII. Nacida cerca de Bruselas, en el actual Bélgica, se convirtió en la primera abadesa del monasterio de la Beata María de Grand-Bigard. Este monasterio, ubicado en Brabante, Lotaringia, fue un centro de devoción y piedad bajo su liderazgo.
Vida y Misión
Vivina dedicó su vida a la oración y el servicio, estableciendo un legado duradero en la comunidad monástica. Su devoción y liderazgo espiritual la convirtieron en un modelo para muchas mujeres religiosas de su tiempo.
Legado
El legado de Santa Vivina perdura hasta nuestros días, no solo a través de su festividad anual, sino también en la historia del monasticismo europeo.