San Amadeo de Lausana, nacido en Chatte, Francia, y fallecido en Lausana, Suiza, el 27 de agosto de 1159, fue un notable obispo y monje cisterciense del siglo XII. Fue monje en Claraval antes de ser nombrado abad en Hautecombe y luego obispo de Lausana. Se le recuerda por su dedicación a la formación de un clero piadoso y su ferviente devoción a la Virgen María, a quien alabó con elocuencia en sus sermones.
Su festividad se celebra el 28 de enero, un día para conmemorar su legado de fe y enseñanza.