San Troadio, celebrado el 2 de marzo, es recordado como un mártir que defendió su fe durante la persecución de los cristianos en el siglo III, bajo el reinado del emperador Decio. Su martirio tuvo lugar en Neocesarea, y su valentía fue documentada por el famoso obispo San Gregorio Taumaturgo. A pesar de los desafíos, Troadio mantuvo su fe hasta el final, convirtiéndose en un ejemplo de devoción y coraje para los cristianos de su época.
Sus actos heroicos son una fuente de inspiración para quienes enfrentan adversidades por sus creencias.