San Ardón Esmaragdo, cuya festividad se celebra el 7 de marzo, es recordado por su papel como presbítero en el monasterio de Aniano, ubicado en la región histórica de Septimania. Como compañero de San Benito de Aniano, se destacó en la vida cenobítica, promoviendo los valores de la comunidad monástica. Su legado espiritual continúa inspirando a quienes buscan una vida dedicada a la fe y al servicio comunitario.
El monasterio donde vivió fue un centro de reforma monástica durante el siglo IX, influyendo en la expansión de la regla benedictina.