San Marcos de Aretusa, conmemorado el 29 de marzo, fue un ferviente defensor de la fe ortodoxa en el siglo IV. Durante el auge de la controversia arriana, mantuvo su firme postura, resistiendo las presiones para desviarse de la doctrina verdadera.
Defensa de la Fe
En tiempos turbulentos, cuando el arrianismo se extendía, San Marcos se destacó por su integridad y valentía, siendo incluso perseguido por el emperador Juliano el Apóstata. Su dedicación fue tal que San Gregorio Nacianceno lo describió como un 'varón eximio y santísimo anciano'.
Legado
El legado de San Marcos de Aretusa perdura como símbolo de la resistencia y la fe inquebrantable. Su vida es una inspiración para los fieles que enfrentan desafíos en la preservación de sus creencias.