Santa Edita, una noble figura de la historia cristiana, nació en el siglo X en Vintonia, hoy conocida como Winchester, Inglaterra. Como hija del rey de los anglos, optó por una vida de devoción al ingresar a un monasterio desde su juventud, demostrando un compromiso inquebrantable con su fe.
Santa Edita es celebrada el 16 de septiembre, recordada por su pureza y dedicación espiritual. Su vida es un ejemplo de cómo la verdadera nobleza se encuentra en el servicio a Dios y la comunidad.
Se dice que Edita ignoró las tentaciones del mundo, prefiriendo una vida de oración y reflexión. Aunque vivió en un tiempo marcado por la política y la guerra, su legado espiritual ha perdurado a través de los siglos.