San Marcos, celebrado el 25 de abril, fue un evangelista del siglo I que desempeñó un papel crucial en la propagación del cristianismo. Inicialmente colaboró con San Pablo en su misión apostólica en Jerusalén. Posteriormente, se unió a San Pedro, quien lo consideraba como un hijo espiritual. A través de su evangelio, San Marcos transmitió las enseñanzas de Pedro a los romanos, consolidando así su legado escrito. Además, es reconocido por haber establecido la Iglesia de Alejandría, convirtiéndose en una figura central en el desarrollo del cristianismo primitivo.
San Marcos es venerado no solo por sus contribuciones escritas y misioneras, sino también por su capacidad de conectar las enseñanzas de los apóstoles con nuevas comunidades cristianas.