San Polieuto, un soldado romano en Melitene, Armenia, se convirtió en mártir cristiano alrededor del año 250. Desobedeciendo el decreto del emperador Decio, que ordenaba sacrificar a los dioses paganos, Polieuto rompió ídolos, lo que llevó a su cruel martirio y posterior decapitación. Su valentía es un símbolo de fe inquebrantable.
Vida y Martirio
Polieuto, al enfrentarse a la persecución religiosa, demostró una devoción profunda que le costó la vida. Su acto de romper ídolos fue un testimonio de su compromiso con el cristianismo, convirtiéndose en un ejemplo de resistencia espiritual.
Festividad
La Iglesia celebra su memoria el 7 de enero, destacando su legado de fe y sacrificio.
Legado
San Polieuto es recordado como un mártir cuya valentía inspira a muchos cristianos a defender su fe con valor.