San Mainbodo, originario de Hibernia (actual Irlanda), es conocido por su vida de peregrinaje y devoción como eremita en el siglo VIII. Residiendo en Dampierre, cerca de Besançon, en la región de Borgoña, Mainbodo vivió en soledad y oración. Su vida fue truncada por unos ladrones, convirtiéndolo en mártir. Cada 23 de enero, los fieles recuerdan su dedicación y sacrificio, celebrando su memoria.
Legado y Celebración
San Mainbodo es venerado por su compromiso con la fe y su valentía frente a la adversidad. Su historia inspira a quienes buscan una vida de entrega y espiritualidad. La celebración de su festividad en enero es un testimonio de su impacto duradero en la comunidad cristiana.