El 6 de febrero se celebra la memoria de San Pablo Miki y sus 25 compañeros, mártires en Nagasaki, Japón. Estos valientes jesuitas fueron crucificados en 1597 por su fe inquebrantable en el cristianismo. Su sacrificio es un testimonio del compromiso con la evangelización en tierras lejanas.
Historia y Martirio
San Pablo Miki, nacido en Japón, fue un ferviente seguidor de la Compañía de Jesús. Junto con otros religiosos, fue arrestado y condenado a muerte en un intento por erradicar el cristianismo en Japón.
Canonización y Legado
En 1862, el Papa Pío IX canonizó a San Pablo Miki y sus compañeros, reconociendo su santidad y valentía. Su legado perdura como símbolo de la resistencia espiritual y la evangelización.
Enlaces Relevantes
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