San Máximo de Nola, celebrado el 7 de febrero, fue un destacado obispo del siglo III en Nola, Campania. Durante su episcopado, enfrentó las persecuciones que amenazaban a la Iglesia, demostrando valentía y fe inquebrantable. A través de su liderazgo, guió a su comunidad con sabiduría y compasión, contribuyendo significativamente a la fortaleza de la fe cristiana en tiempos difíciles.
Legado y Veneración
El legado de San Máximo perdura a lo largo de los siglos, siendo recordado por su dedicación y paz al final de su vida. Su festividad es una oportunidad para recordar su ejemplo de fe y liderazgo.
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