Santa Austreberta, nacida en el siglo VII, dedicó su vida a la devoción religiosa y el liderazgo monástico. Fue abadesa del monasterio de Pavilly en Rouen, Neustria, bajo la guía del obispo San Audeno. Conocida por su piedad y sabiduría, Austreberta es recordada por su capacidad para guiar a su comunidad monástica con firmeza y compasión.
Su festividad se celebra el 10 de febrero, un día para honrar su legado y contribución a la fe cristiana. En el contexto del cristianismo medieval, Austreberta se destaca como un ejemplo de liderazgo femenino en una época dominada por figuras masculinas.
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