San Jacobo el Confesor es recordado por su valiente defensa del culto a las imágenes sagradas en el siglo IX. Nacido en Constantinopla, su vida estuvo marcada por su firme dedicación a la fe cristiana, en una época de intensos debates sobre el uso de iconos en la liturgia.
Su Martirio
En su compromiso por la verdad y la devoción, sufrió persecución y finalmente alcanzó el martirio alrededor del año 824. Su valentía le valió el título de 'Confesor', un honor para aquellos que sufrieron por su fe sin renunciar a ella.
Legado
Celebrado cada 21 de marzo, San Jacobo el Confesor es un símbolo de resistencia espiritual y fidelidad a las tradiciones sagradas.