San Montano, un presbítero cristiano del siglo IV, es recordado por su firmeza en la fe. Junto a su esposa Máxima, confesó su devoción a Cristo en la antigua Panonia, actual Hungría. Su martirio ocurrió alrededor del año 304, cuando ambos fueron arrojados a las aguas por no renunciar a su fe. Su conmemoración se celebra el 26 de marzo, honrando su sacrificio y devoción.
Historia de San Montano
San Montano vivió en un tiempo de persecución contra los cristianos. Su valentía al sostener su fe, incluso ante la amenaza de muerte, lo convirtió en un símbolo de resistencia espiritual.
Legado
El legado de San Montano vive en la memoria de aquellos que celebran su festividad, inspirando a muchos a mantener su fe frente a la adversidad.