San Román de Antioquía, celebrado el 18 de noviembre, fue un valiente diácono que se destacó por su ferviente defensa de la fe cristiana durante las persecuciones bajo el emperador Diocleciano en el siglo IV. Al ver que muchos cristianos obedecían los edictos imperiales y se acercaban a los ídolos, Román los animó a resistir. Esta audacia le llevó a sufrir crueles torturas, incluyendo el corte de su lengua, y finalmente, fue estrangulado en prisión.
Su martirio es un testimonio del valor y la firmeza en la fe que inspiraron a muchos a seguir su ejemplo.