San Antimo fue un destacado obispo de Nicomedia, en la actual Turquía, durante el siglo IV. En el marco de la persecución de Diocleciano, Antimo se destacó por su firmeza en la fe cristiana.
Persecución y Martirio
Durante este periodo, San Antimo fue arrestado y, por su confesión de fe, decapitado. Sus compañeros sufrieron destinos similares, siendo algunos degollados, otros quemados vivos, y otros abandonados en el mar.
Legado y Celebración
La valentía de San Antimo se celebra cada 24 de abril, recordando su sacrificio y el de sus compañeros. Es venerado como un símbolo de devoción y resistencia.