San Melas fue un destacado obispo de Rinocorurua, Egipto, durante el siglo IV. Famoso por su inquebrantable fe ortodoxa, enfrentó el destierro bajo el emperador arriano Valente. Su festividad se celebra el 16 de enero.
Un Defensor de la Fe
En tiempos de persecución, San Melas se mantuvo firme en sus creencias, rechazando las enseñanzas arrianas promovidas por Valente. Este compromiso le valió el exilio, pero también el respeto entre sus seguidores.
Legado Duradero
A pesar de las adversidades, San Melas logró dejar un legado de fe y constancia. Es recordado como un confesor que defendió la ortodoxia hasta el final de sus días.