Los Santos Mártires del Ponto son celebrados por su firmeza en la fe cristiana durante el siglo III. En la feroz persecución del emperador Maximiano, muchos fueron sometidos a terribles torturas como ser rociados con plomo derretido y atormentados con cañas entre sus uñas, pero su fe nunca flaqueó.
La región del Ponto, en la actual Turquía, fue testigo de su martirio, donde su sacrificio dejó una marca indeleble en la historia cristiana. Su festividad se celebra cada 5 de febrero, recordando su legado de resistencia y devoción.