La Beata Isabel Canori Mora, nacida en Roma, vivió una vida de profunda devoción y sacrificio. A lo largo de su vida, enfrentó numerosos desafíos, incluyendo la infidelidad de su esposo, problemas financieros y la persecución de sus familiares. Sin embargo, su fe inquebrantable la llevó a ofrecer su vida a Dios, rezando por la conversión y santificación de los pecadores.
Isabel se unió a la Tercera Orden de la Santísima Trinidad, donde profundizó su compromiso espiritual. Su vida es un testimonio de paciencia, amor y dedicación a los valores cristianos.