San Jacobo de Nísibe, venerado el 15 de julio, fue un destacado obispo en el siglo IV. Como primer obispo de la ciudad de Nísibe, ubicada en Mesopotamia, se destacó por su devoción y defensa de la fe cristiana.
Participación en el Concilio de Nicea
San Jacobo fue una figura clave en el Concilio de Nicea, donde se abordaron importantes cuestiones doctrinales que definirían el cristianismo.
Legado y Festividad
Su liderazgo espiritual y su firmeza en la defensa del cristianismo le han valido un lugar especial en la historia de la Iglesia. Cada 15 de julio, su legado es celebrado por los fieles.