En el turbulento contexto de la Revolución Francesa, la Beata María Margarita de San Agustín Bonnet, junto con sus compañeras Catalina de Jesús, Ana de San Basilio, Clara de Santa Rosalía e Isabel Teresa del Corazón de Jesús, se convirtieron en mártires en Orange. Las cinco eran vírgenes de la Orden de Santa Úrsula, conocidas por su devoción y compromiso con su fe.
La Persecución y Martirio
Durante la Revolución, la hostilidad hacia la Iglesia Católica se intensificó, llevando a la detención y ejecución de muchos religiosos. Estas mujeres enfrentaron su destino con valentía, convirtiéndose en símbolos de resistencia espiritual.
Legado y Veneración
Hoy en día, son recordadas por su coraje y dedicación inquebrantable a su fe. Su festividad se celebra el 26 de julio, inspirando a muchos fieles a seguir su ejemplo de devoción y sacrificio.