Santa Tarsicia, reconocida como virgen y mártir, vivió en la región de Rodez, en la antigua Galia, hoy conocida como Francia, durante el siglo VI. Su vida estuvo marcada por su profunda devoción y su valentía al enfrentar el martirio por su fe cristiana.
Vida y Legado
Santa Tarsicia es venerada como un símbolo de pureza y fortaleza espiritual. Aunque los detalles de su vida son escasos, su legado perdura a través de la veneración de su memoria en la Iglesia Católica.
Festividad
Su festividad se celebra anualmente el 15 de enero, un día en que se recuerda su sacrificio y se honra su contribución a la fe cristiana.
Contemporáneos
Otros santos reconocidos con el nombre de Tarsicia incluyen a la Beata Tarsicia Mackiv, destacando la continuidad de la devoción a este nombre a lo largo de los siglos.