La Beata María Ana Rivier nació en Bourg-Saint-Andéol, Francia, en el siglo XIX. Durante los tiempos tumultuosos de la Revolución Francesa, cuando la mayoría de las órdenes religiosas fueron suprimidas, ella se destacó por su valentía y dedicación a la educación cristiana. Fundó la Congregación de las Hermanas de la Presentación de María con el objetivo de mantener viva la fe entre el pueblo cristiano.
Su obra se centró en la formación religiosa y el empoderamiento de las mujeres a través de la educación. La festividad de la Beata María Ana Rivier se celebra el 3 de febrero.
Legado y Milagros
La influencia de María Ana Rivier perdura a través de las obras de su congregación, que aún se dedica a la enseñanza y la evangelización en varios países.
- Legado: Su legado es una red mundial de educación y apoyo espiritual.
- Milagros: Se le atribuyen varios milagros, especialmente relacionados con la protección y el bienestar de las niñas educadas bajo su influencia.