En el siglo XIX, en la región de Cochinchina, hoy conocida como Vietnam, el cristianismo enfrentaba una fuerte persecución. Entre los valientes que mantuvieron su fe se encuentran los Santos Pedro Doàn Côn Quý, un presbítero, y Manuel Phung. Estos santos fueron encarcelados durante siete meses antes de ser decapitados por su adhesión al cristianismo. Su memoria se celebra cada 31 de julio, recordando su sacrificio y devoción.
Vida y legado
Pedro Doàn Côn Quý y Manuel Phung son recordados por su valentía y firmeza espiritual. Sus historias son un testimonio inspirador de fe bajo presión extrema. La Iglesia Católica los honra por su sacrificio y su inquebrantable devoción.
Conmemoración
La festividad de estos mártires se celebra el 31 de julio, un día para reflexionar sobre la perseverancia en la fe y el legado de aquellos que han dado sus vidas por sus creencias.