El Beato Nuncio Sulpricio, nacido en el siglo XIX en Nápoles, es un símbolo de fe y fortaleza. A pesar de quedar huérfano y sufrir de una grave enfermedad en la pierna, mantuvo siempre un ánimo sereno y alegre, dedicándose a ayudar a otros enfermos.
Su Legado
Conocido por consolar y aliviar las miserias de los demás enfermos, Nuncio es recordado como un ejemplo de compasión y resiliencia.
Celebración
Su festividad se celebra el 5 de mayo, recordando su vida y obra en la comunidad cristiana.
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