La Beata Gisela, celebrada el 7 de mayo, es conocida por su papel como reina consorte de Hungría junto a San Esteban de Hungría. Tras la muerte de su esposo, fue despojada de sus bienes y decidió retirarse al monasterio de Niedernburg en Baviera, Alemania. Allí, Gisela se dedicó a la vida monástica y eventualmente se convirtió en abadesa, gobernando con sabiduría y devoción.
Su contribución a la expansión del cristianismo en Europa del Este y su ejemplo de fe continúan inspirando a muchos fieles. Más información sobre su vida se puede encontrar en el artículo de Wikipedia sobre Gisela de Hungría.