San Beltrán de Comminges es recordado como un ferviente reformador de la Iglesia en el siglo XII. Su festividad se celebra el 16 de octubre. Siguiendo las directrices de San Gregorio VII, Beltrán se dedicó a reconstruir la ciudad de Comminges, que había sido abandonada y derruida. Además, edificó una majestuosa catedral y estableció una comunidad de canónigos regulares que seguían la Regla de San Agustín.
La vida de San Beltrán
Nacido en el siglo XII, Beltrán se convirtió en obispo de Comminges, una región situada cerca de los Pirineos en la actual Francia. Su dedicación a la reforma eclesiástica y su compromiso con la comunidad fueron fundamentales para revitalizar la fe y la estructura de la Iglesia en su diócesis.
Legado y festividad
El legado de San Beltrán perdura en la Iglesia y es honrado cada año el 16 de octubre. Su vida es un ejemplo de liderazgo espiritual y devoción a la reforma eclesiástica.