San Geraldo Edwards, sacerdote y mártir del siglo XVI, es un símbolo de fe y devoción. Nacido en Inglaterra, fue ordenado sacerdote en Francia. Regresó a su patria en un tiempo de persecución religiosa bajo el reinado de Isabel I, momento en el cual muchos católicos enfrentaban graves riesgos por su fe. Tras un largo encarcelamiento, San Geraldo fue ejecutado en Canterbury junto con otros mártires como los beatos Roberto Wilcox y Cristóbal Buxton.
Su legado
San Geraldo es celebrado el 1 de octubre, y su historia es un testimonio de resistencia y devoción inquebrantable. Su martirio es un recordatorio de los desafíos que enfrentaron aquellos que se mantuvieron firmes en su fe.