San Armagilo, venerado en Bretaña Menor, vivió en el siglo VI como eremita. Su dedicación a la vida espiritual lo convierte en un ejemplo de devoción y retiro del mundo material.
La festividad de San Armagilo se celebra el 16 de agosto, recordando su legado de paz y contemplación. Es una figura inspiradora para quienes buscan un camino de fe y soledad.
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