El 15 de noviembre, la Iglesia conmemora a San Fidenciano y sus compañeros mártires de Hipona, en Numidia. Según San Agustín, estos veinte mártires, entre ellos Fidenciano, Valeriana y Victoria, dieron testimonio de su fe en los siglos III y IV. San Fidenciano, siendo obispo, lideró a sus compañeros hacia el martirio, dejando un legado de valentía y devoción.
Estos mártires son un ejemplo de la resistencia cristiana ante la persecución en tiempos antiguos, y su festividad es un recordatorio del poder de la fe y la comunidad.