San Acario de Noyón es recordado como un ferviente evangelizador del siglo VII. Originalmente monje en Luxeuil, fue elegido obispo de Noyón y Tournay. Su labor se centró en la evangelización de las regiones del norte de la Galia, hoy parte de Francia.
Historia y Vida
San Acario nació en el siglo VII y comenzó su vida religiosa como monje en Luxeuil, uno de los monasterios más influyentes de su tiempo. Su dedicación y piedad le llevaron a ser elegido obispo, donde se dedicó a la expansión del cristianismo en tierras paganas.
Legado
El legado de San Acario se destaca por su compromiso con la evangelización y el fortalecimiento de la fe cristiana en una época de grandes desafíos. Es venerado el 27 de noviembre.
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