La Beata María Ana Sala nació en Milán, Italia, en el siglo XIX y se destacó por su dedicación a la educación religiosa. Fue miembro de la Congregación de Hermanas de Santa Marcelina, donde dedicó su vida a la formación espiritual y educativa de las jóvenes. Su festividad se celebra el 24 de noviembre.
Vida y Obra
María Ana Sala se convirtió en una figura clave al ser maestra, fundamentando su enseñanza en la fe y la piedad. Su labor educativa no solo se centró en impartir conocimientos, sino también en fortalecer la espiritualidad de sus estudiantes.
Legado
- Inspiración para educadores religiosos.
- Ejemplo de devoción y entrega.
Este legado perdura a través de la Congregación de Santa Marcelina, que continúa su misión educativa en varios países.