Santa Flora de Córdoba, junto a Santa María, es recordada por su valiente testimonio de fe en Córdoba, Andalucía, durante el siglo IX. En una época de persecución por parte de los musulmanes, ambas santas fueron encarceladas junto a San Eulogio y posteriormente ejecutadas por espada, simbolizando la resistencia cristiana.
El 24 de noviembre se celebra su festividad, honrando su sacrificio y devoción. La historia de Santa Flora es un ejemplo de fortaleza espiritual en tiempos de adversidad.
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