San Áquila es recordado principalmente por su colaboración con el apóstol San Pablo. Junto a su esposa Prisca, también conocida como Priscila, formó un dúo dinámico en la misión de expandir el cristianismo en el siglo I.
Vida y Colaboración
Áquila y Prisca fueron conocidos por acoger a San Pablo, proporcionando un hogar seguro y apoyo durante sus viajes misioneros. Su relación con Pablo es mencionada en varias epístolas del Nuevo Testamento, destacando su papel crucial en la iglesia primitiva.
Festividad
La festividad de San Áquila se celebra el 8 de julio, recordando su devoción y sacrificio en la expansión del cristianismo.