San Procopio es recordado como un valiente mártir cristiano que vivió en el siglo IV. En un tiempo de persecución bajo el emperador Diocleciano, Procopio fue llevado desde Scytópolis a Cesarea, donde su firmeza en la fe le costó la vida. Fue decapitado por órdenes del juez Fabiano.
Su festividad se celebra el 8 de julio, recordando su sacrificio y compromiso con sus creencias.
Legado de San Procopio
San Procopio es venerado como un símbolo de devoción y coraje ante la adversidad. Su historia inspira a muchos a mantener su fe frente a las dificultades.